1959, EL GRIAL DEL FONDILLÓN

Joan C. Martín, diciembre 2021

Dice Peter Berling en “los hijos del grial”,    que el Grial solo se puede buscar pero, no encontrar. Afortunadamente este Grial que es el Fondillón de Alicante (de otro sitio no puede ser) fue hallado y recuperado. Yo no conocía el Fondillón hasta 1978, y fue de esta añada precisamente,1959, la primera que cate y conoci, gracias a Rafael Poveda, joven enólogo egresado por aquel entonces de la Escuela de la vid de Madrid, en una conferencia del sociólogo Josep Vicent Marques a unas juventudes valencianistas que los 2 pertenecíamos. Al instante, me cautivo su hechizo,  conquistando mi paladar y mi corazón. Yo provengo de una familia de pequeños y humildes viticultores de Cheste, pueblo eminentemente vitivinícola que elaboraba un vino ranci (añejo)   natural sin añadido de alcohol, el Daurat o Dorado de Cheste que sus 2 cooperativas  hacían con las marcas Cambrillas y Ramat. Vino nacido con la repoblación post expulsión  morisca , y que en 1932 le dio derecho a tener una D.O. propia junto con las otras 16 primeras creadas en España. Todo el que me conoce o me haya leído, sabe que siento una predilección  tanto como enólogo, como vinofilo a este tipo de vinos, que yo califico de postres; Montes de Málaga, Madeira, Porto, ranci de Catalunya, (la Nord  también) y el Fondillón. Creo haber sido el escritor de vinos en estos últimos 40 años más ha escrito  del Fondillón, sin olvidar la magnífica serie que Rafael Poveda está haciendo desde hace un año en el diario Información de Alicante “sorbos de Fondillón”, deliciosos  escritos literario-histórico-vinícolas. Inolvidables y dignos de ser publicados en un libro, y el inolvidable trabajo del inolvidable y ejemplar Francisco Javier Carmona, profesor y persona ejemplar amante del Fondillon.. Acostumbrado como estaba a este tipo de vinos (Daurat, Montes de Málaga y Porto principalmente) el Fondillón fue un feliz descubrimiento, era además el otro espectro de estos mis otros vinos, no tiene añadido de alcohol, es monovarietal y es tinto (el Daurat tampoco se alcoholizaba, pero se hacía P.X. y moscatel, y daba un añejo riquísimo blanco). La década  de 1970 fue muy importante para el Fondillón, Salvador Poveda Luz, el vinatero de esa  bodega lo presento en sociedad  en la comida que la diputación de Alicante ofreció a los reyes Juan Carlos y Sofía en su visita a Alicante en 1976. Iniciando así, este  enólogo tan importante en la historia del vino del País Valenciano, la recuperación  del mítico  vino. En las navidades de 1980 visitando la bodega y catando  fondillones de su sacristía, Salvador Poveda mi maestro y amigo, me regalo –además de una botella gran reserva 1959, su opus magnum– unos libros “El vino trago a trago” de Xavier Domingo, y “Manual de vinos españoles” de José Peñin, contándome cosas de su labor de búsqueda para su recuperación, pues el buscaba en este vino la memoria de los que habian vivido y bebido antes, entonces además de mi corazón  y mi paladar, el Fondillón conquisto también mi mente.

Pero, ¿Qué es el Fondillón? Es un vino con nombre propio marca dela D.O. Alicante, exclusivo. Nació allí, y solo allí se puede hacer; es la conjunción y colusión  final de los factores de clima, variedad, cultura enológica y suelos  que lo hacen posible; Etnología, territorio y enología, pura antropología estructural. Es un vino de postres, noble, es como dice su definición  histórica “el Vino rancio de Alicante”, Aquí hay que hacer un aviso a los navegantes, y tratándose del Fondillón nunca mejor dicho. En castellano “vino rancio” es  una mala traducción  literal de ranci, su nombre en catalán-valenciano. La traducción  correcta de ranci seria añejo. Aunque hay que advertir que en castellano hay una palabra que es de “rancio abolengo” que significa antiguo y noble a la vez.  Es un vino  elite que surgió del gran vino tinto monastrell de Alicante. Esta variedad que le va como anillo al dedo a Alicante por su relación ciclo-clima, dio como consecuencia de su larga crianza  un vino que nacía de la rica madre de sus botas después  de años de permanencia  en ella, del fondillo del tonel alicantino. Este Tinto  Alicante, cultivado en la comarca de l’Alacanti, en l’horta d’Alacant   llego a tener  gran fama y mercado, especialmente en Inglaterra, donde  se cotizaba como el mejor vino. En 1560 el parlamento ingles, por orden de Isabel I, sentencio una ley que “a partir del 1 de setiembre de 1561 no se podía vender vino de Alicante sí antes no se le ofrecía  a la reina y esta no lo adquiría. El vino de Alicante en sus botas era capital en las navegaciones de ese país, en 1631 partió de Bristol el buque de 70 toneladas Henrietta Maria con 22 tripulantes y 2 toneles (1 tunne ingles 1.144 litros) de vino de Alicante en el segundo intento de la busca del north west passage (el supuesto paso por el Ártico  de un océano a otro tal como se podía hacer por el cabo de Hornos) su previsor capitán Thomas James, raciono una pinta de Alicante al día mezclado con agua gracias a lo cual su tripulación sobrevivió al invierno cuando quedaron atrapados por la banquisa ártica.

Así el vino de Alicante durante los s.XVII y XVIII fue el más cotizado con diferencia junto con el Canary (malvasia dulce  estas islas) en los puertos ingleses, en el Calendar of State Papers Domestic señala que  el precio legal de estos vinos eran en 1635 de 17 libras por pipa (son los años del Henrietta Maria y su viaje en busca del paso del NO). En 1633 se publico un libro con el diario del capitán Thomas James y su aventura ártica) que se incremento a 18 libras en 1638 y  19 libras por pipa en 1639 (la pipa tenía una capacidad de 35 cantars o sea 404,25 litros.)  Y entre 1647 y 1652 la firma inglesa Houncell y cia. asentada en Alicante exporto 367 pipas de 35 cantaros lo que significan 148.360 litros de vino de Alicante. Los precios de los vinos de Alicante y Canary superaban en 7 a 9 libras  por pipa a los otros importados (Sack, best Gascoigne, Muscadels, Málaga, Rochelle y Renish). El sXVIII, el de las luces, es del  Fondillón,  así no es  extraño que los múltiples viajeros que visitaron Alicante y  destacaran sus  vinos y su ya Fondillón, en 1787 el viajero ingles Joseph Towsend Bachelor y Master of Arts y rector de la iglesia de Pewsey en Wiltshire , cuando visitaba l’horta d’Alacant, dijo “un dia manifeste mi asombro (al gobernador)  que me producía este hecho (la exuberancia de la vegetación), me llevo al huerto de D. Lorenzo Mabile a corta distancia de la ciudad donde pudimos pasear  bajo la sombra de arboles que 4 años antes no  existían más que como retoños. Vimos 300 higueras  y 3.500 vides, todas ellas repletas de  frutos y el propietario  y su familia  ya pueden vivir del vino de su propia cosecha…para producir Fontillon las uvas se ponen sobre elevadas estructuras de mimbre durante 15 días a la influencia del sol y el aire para que la humedad sobrante se evapore”. El viajero francés  Des Essarts dice “el Alikant es un vino dulce y añejo que por su crianza necesita reposar largos años en viejos toneles”.  Tal como lo hacen los fondillones de Bodegas Monovar, al igual que  el  catado. Como siempre me han gustado este tipo de vinos y  me han formado como enólogo, persona y escritor, cito aquí un poema del romántico inglés John Keats que siempre me ilustran estos vinos “Oh que daría por un trago de vino añejo, que por muchos años  ha estado tranquilamente, en la tierra cavada profundamente”  Como hubieera dicho el mismo Keats ante este Fondillón de  Bodegas Monovar en él hay “verdad y belleza” .

Bodegas Monovar es una de las integrantes del grupo vinícola MG Wines. Este grupo vinícola de la familia Miñano Gómez, es de gran valor estratégico, su organización y presencia, no en las DO,s más famosas comercialmente:  Rioja, Ribera y Rueda, sino en DO,s de gran capital enológico y diferenciación como; Alicante, Almansa Bierzo y Bullas la confiere un valor muy importante. MG Wines  liderada por  el vinatero Luis Miñano,  manifiesta en cada una de su bodegas; Sierra Salinas en Alicante, Lavia en Bullas , Estefanía en Bierzo y Venta  la Vega en Almansa, vinos no solo de altísima calidad que están entre los mejores de Europa, sino que  representan el estilo definición de sus respectivas zonas vinícolas  la más alta expresión cualitativa y de sus terroir pues todos  se elaboran de viñedos  propios  en parajes vitícolas de  gran valor paisajístico y fisiocratico. Luis MIñano cuenta con un buen equipo profesional compuesto por su familia y  técnicos (enólogos, gestores y comerciales) emblemáticos  en el sector, que le siguen con fe y admiración, pues es un señor lleno de humanismo y empatía. De ellas,  Bodegas Monovar tiene un valor patrimonial cultural además de vinatero,  gracias al Fondillón. Es la bodega que más Fondillón tiene en sus botas de toda la D.O. Alicante, su esfuerzo cultural corporativo y significa una devoción patrimonial para la sociedad, a más de empresarial  por parte de Luis y los suyos. Además de la sacristía del Fondillón de su bodega que yo bautice “el sancta sactorum del Fondillón” en un artículo de El País, tiene la nave de las grandes botas alicantinas llenas de Fondillón de antiguas añadas, donde reposan, silentes y ennobleciéndose en su añejamiento,   míticas soleras como la de 1996 y otras. Este esfuerzo de la familia Miñano Gómez en la recuperación del Fondillón se manifiesta en la etiqueta de este  1959 catado: “Fondillón recuperado por la familia Miñano Gómez” . Esta nave con su alto voladizo, su calma y quietud y las botas  reposando en sus durmientes  semeja una catedral donde se guardan las joyas de la corona, que otra cosa no son estas botas con sus míticos  y nobles vinos. Entre todas estas añadas,  hay  sumadas, cientos de años, por tanto el esfuerzo  de la familia Miñano Gómez por recuperar y conservar estos vinos para sí, los consumidores, y la cultura, más conecta con la inmortalidad  vinícola, pues otra cosa no son este enorme patrimonio del país. Así lo reconoció  el Ministerio de  Agricultura que  a  través de sus galardones “Alimentos de España”, premio su Fondillón  como el mejor vino de España en 2019. Luis Miñano ha creído  y obrado (la fe sense obres es cosa morta) en la filosofía que “la restauración de los bienes no se puede hacer, sin la restauración  de los valores”

Este Fondillón catado, es un vino de 1959, 63 años, y una edición  limitada, con botellas numeradas, y con lotes marcados y numerados (la catada por mi es la nº 33 del L.2/17/59. Se han extraído,  siguiendo la rigurosa disciplina y honestidad de una buena solera su 10% o sea 150 litros pues un tonel de 125 cantaros (el canter valencià tiene una medida foral valenciana de 11,55 litros  por cántaro)  1500 litros de capacidad. Lo que da para 225 botellas de 0,50 cl. Como la catada nº 33.  Tiene 23 grados de alcohol  totalmente naturales, es la magia de la monastrell, vendimiada  madura en la cepa. Es una variedad de ciclo largo (despierta –brota- pronto y madura tarde). Suele vendimiarse  a mediados de octubre o más. Así su fermentación  alcohólica  da una lenta transformación alcanzando después  de semanas  alta graduación, que se degustan con agrado y suavidad. No se notan, es un vino abocado con azúcar residual natural ya que su lenta fermentación deja una buena dosis, pues las levaduras mueren antes. Es un vino sin sulfitos, por tanto muy natural. Tiene un  color bronce brillante, como un clarete rancio. Esto es debido al proceso de su largo envejecimiento. Como  una variedad  como la monastrell  de tanto color y con sus poderoso antocioanos queda así, con ese color teja mallorquina  y bronce esmaltado brillante, es un proceso casi magico. Es el que da nombre al vino, pues su larga crianza hace que sus materias solidas antocianos, poli fenoles  y bitartratos potásicos y otras sales y acidos precipiten al fondo de la bota, aclarando su color y creando en el fondillo de la barrica  la madre que le dará ese  gusto tan, especial natural y único. Su aroma es a dátil maduro, pan de higo y turrón  de yema tostado, y una sensación a frutas rojas escarchadas. Su sabor es abocado y fresco (gran valor este para un vino de 63 años), tiene una fresca acidez seca, sabe a frutos secos,  pansa, dátil maduro y pan de higo. Su cuerpo es glicérico,  medio graso y mantequilloso. El post gusto elegante, generoso y deja una sensación  armoniosa de haber bebido un gran y noble vino.  Viene con una presentación de alta dignidad y nobleza. Está cerrado con un tapón  cilíndrico, cosa fundamental para que este vino que ha estado tanto tiempo en la bota, y que lo mejora  afinando su calidad exponencialmente. Como viene en un estuche de lujo, tiene un tapón cabezudo de vidrio en su interior, para cerrarlo después  de su descorche para continuar degustandolo. Un Fondillón  después de abrirlo  puede aguantar meses, si uno tiene la suficiente fuerza de voluntad para resistir su tentación, la de bebérselo en un par de sentadas. Pero ya lo dijo Oscar Wilde, “lo único que no se puede resistir en esta vida es la tentación”

Joan C. Martín

Escritor y enólogo

Nadal del 2021

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